Y qué mejor título que ese para comenzar este bello día soleado en el que quisiera matarme, sobre todo como cuando es un bello día soleado y yo no tengo razones para sonreír y me quiero matar, como suele pasar.
Hoy me desperté y como estoy enferma y falté a trabajar, tuve tiempo para pensar, y flashié que iba a empezar a escribir sobre discos, explicando todo lo que siento cuando los escucho, lo que interpreto por las melodías y las letras, y por dos minutos me permití creer que podía hacer algo copado con mi vida, pero claro, llegado el momento, empiezo a escuchar el disco y la puta madre, ¿cómo voy a describir esto en palabras? Es imposible, ¿qué carajo estaba pensando? Esas ideas recurrentes que al final no llegan a nada son lo que me caracterizan. Cosas inconclusas e incoherentes, porque digamos la verdad, no soy ni escritora ni música ¿qué carajo voy a opinar?
Después, una vez más, me vuelvo consciente dolorosamente de que todos mis amigos son exitosos; ya sea en la danza, en el arte plástico, en la música, en el teatro, en el cine, en la radio, en sus vidas amorosas, en sus vidas sexuales, en lo que poronga sea, son exitosos, en todo lo que yo quisiera ser. Y los veo con un potencial de la concha de la lora, como que ellos ni se imaginan lo talentosos que son, que ya está todo hecho, que aunque no estén cobrando un mango por lo que hacen, el éxito es la felicidad que sienten, lo vivos que están.
Mientras decepcionada, descubro que las empanadas que hizo mi vieja apenas tenían un pedacito de queso y una aceituna (¿cuándo aprenderá esta mujer que las empanadas necesitan una cosa adentro que se llama RELLENO, y que se llama relleno porque LLENA?), cagada de hambre porque hace tres días estoy encerrada en mi casa mocosa, deprimida y débil, y no hay un carajo porque seguro es la yegua de mi hermana que se morfa todo... se me prende la lamparita y recuerdo que hay un vodka, y me sirvo a escondidas y me lo llevo, toda culpable... mientras me como las empanadas sin relleno, medio llorando, pensando cómo le explico lo mierda que me siento a la psicóloga, y sobre todo, ¿me dejarán sola en casa para poder prender uno? Es que me da cosa fumar adelante de ellos cuando tengo tos. El vodka está asqueroso con el jugo de ananá caliente. No me siento sexy con la nariz paspada, no tengo ganas de nada. No creo que jamás vuelva a sentir ganas de nada, las cosas buenas parecen un sueño, y la pesadilla es lo real.
Si al menos tuviera ganas, pero no... acá, con mi culo en la silla, escribiendo en un lugar que nadie ve, cosas que a nadie le interesan, morando siempre los mismos lugares, con explosiones coléricas hacia los vivos, reclamando atención, reclamando cariño... y creo que me escuchan, pero no... no escuchan.
¿Y si en realidad estoy muerta?
¿Y si soy un fantasma?
¿Y si cuando parece que me miran, en realidad me están atravesando con la mirada?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
yo también te quiero